La espiritualidad florece

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Inmunizar a las resistencias ⇢ La espiritualidad florece.

En situaciones en las que el entorno se torna hostil, los humanos recurren a la religión. Cuando llegan los virus y las catástrofes, los humanos reclaman a Dios.  Cuando estalla la guerra, la gente reza, y los lazos humanos se sostienen unos de otros. Cuando el terror intenta robarnos la vida, nos solidarizamos y esperamos la bondad de la humanidad.

Aterrizar profundamente hacia una vida espiritual y sentido propio, requiere un cambio en la forma en que nos miramos a nosotros mismos y en la forma en que miramos a los demás. La espiritualidad se puede definir en términos generales como un sentido de conexión con algo superior a nosotros mismos. Es un desprendimiento del Yo que puede ir desde lo sutil a lo ilimitado. Muchas personas buscan darle un sentido a sus vidas. El sentido de autotrascendencia vivido en la espiritualidad, es una experiencia universal.

No es lo mismo espiritualidad y religión aunque en ocasiones se superponen. La espiritualidad, tiene una comprensión mucho más amplia de la conexión de un individuo con los aspectos trascendentes de la vida. Estos, suelen estar relacionados con momentos de paz, asombro, compasión y satisfacción.

Si bien, la comprensión de la espiritualidad difiere entre religiones y sistemas de creencias, se puede describir encontrando significado y propósito en la vida.

El seguimiento científico de las emociones, se puede comparar como si buscáramos significado en las formas que vemos las olas del mar. A pesar de que, la experiencia emocional, varía de persona a persona, las emociones trascendentes pueden verse como una universalidad y están relacionadas con la espiritualidad.

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Emociones como la gratitud, la compasión y la admiración, conectan a los seres humanos a través de su naturaleza prosocial (Haidt, 2003).

Estas emociones (imagen), tienen la capacidad de unificar a las personas de forma genuina. Están vinculadas con los niveles más altos de espiritualidad. El motivo principal es porque se centran en los demás; esto incluye a todos los seres vivos.

La  vía espiritual, sea cual sea la que elijas, tiene un formidable valor terapéutico capaz de ayudarte en momentos complicados. La constante tensión entre el SER y deber SER, se desvanece.

 

Vívete,

Jordi Rubio

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